El vino fue protagonista de una nueva edición del Foro de Emprendimiento que organiza la Fundación Empresa Familiar de Castilla y León. La CEO de Bodegas De Alberto, Carmen San Martín, referente para la Denominación de Origen Rueda, que llegó a presidir, no es sin embargo emprendedora de cuna. Así lo reconoció en su visita a los alumnos del CIFP de Medina del Campo al referirse al legado de su bisabuelo, Alberto Gutiérrez, el fundador de las bodegas y el auténtico emprendedor de la saga familiar. Con los años ese espíritu permanece vivió pues la de Carmen es una historia de intraemprendimiento y de amor a su tierra “porque volverá los orígenes es lo más innovador”, según explicó ella misma en referencia a la revitalización de una bodega que hunde sus raíces varios siglos atrás.
Fiel al espíritu familiar, ha impulsado multitud de proyectos desde que lidera el destino de la bodega. La recuperación de De Alberto Dorado es uno de los mejores ejemplos de este emprendimiento de puertas hacia adentro y respetuoso con la tradición. El proceso que ha transformado un vino de escaso valor en el más premiado de la denominación va más allá del simple restyling. Es el premio al tesón, la perseverancia, al respeto y al esfuerzo. El reconocimiento al valor de una idea y a la firme convicción para lograr hacerla realidad. Fundamentos, en definitiva, de cualquier proyecto emprendedor. Sueños que se van haciendo realidad. Y Carmen San Martín nunca deja de soñar y planificar, otra clave para emprender, multitud de acciones que refuerzan y posicionan su marca, incluidas aquellas del ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa con las que el negocio se significa como un actor social de referencia en su entorno.
De Alberto es un valioso activo para Serrada, el municipio donde se ubica la bodega y que encuentra en la calidad de vida su mayor valor diferencial, explicó San Martín. Ese arraigo evita la tentación de deslocalizar el negocio, convertido en pieza fundamental en el territorio e incentivo para seguir adelante con el negocio familiar. Estar a apenas una hora de Madrid permite saborear a menudo la capital y, a la vez, seguir compartiendo vida con los suyos mientras apuesta por el talento de cercanía en su localidad natal implicando, incluso, a vecinos y amigos pues las bodegas, explicó, “necesitan perfiles muy diversos no solo en el ámbito comercial sino también incluso en el de la comunicación, que juega hoy en día un papel fundamental en cualquier negocio”.
Como cualquier emprendedor que ha recibido el legado de sus ancestros, todo esfuerzo merece la pena para situar ese legado en lo más alto; rindiendo tributo a quienes durante tantos años han trabajado por conseguir lo que hoy Bodegas De Alberto ya ha alcanzado, su enorme reputación, un gran prestigio y un futuro por delante lleno de posibilidades en el que tocará a buen seguro ampliar la vitrina de los premios. Y es que el trabajo bien hecho siempre da resultados.